El juego con materiales naturales
“Si por materiales queremos indicar todo lo que puede servir para hacer algo, que sirve para producir, para inventar, para construir, tendríamos que hablar de todo lo que nos rodea, del agua a la tierra, de las piedras a los animales, del cuerpo a las palabras… incluso a los prados y a las nubes” (Tonucci, 1990 en Vila & Cardo 2005, p.47).
Los materiales naturales son todos aquellos objetos que forman parte de nuestra vida, dan calidad a la creatividad y el juego, como los utensilios de cocina, los alimentos, los objetos que nos ofrece la naturaleza, etc. (Vila & Cardo, 2005). Sin embargo, nosotras nos vamos a centrar en estos últimos, entre los que tendremos principalmente piñas, palos y piedras.
Ya que, como se recoge en el decreto 143/2007 del BOC (2007), uno de los principios pedagógicos de esta etapa de Educación Infantil es que los niños descubran las características físicas y sociales del medio en el que viven, algo que llevaremos a cabo a través de la manipulación y experimentación de estos materiales naturales.
En la medida en la que, como afirman Vila & Cardo (2005), son beneficiosos por varias razones: ofrecen una amplia variedad de sensaciones al manipularlos, poseen diversas cualidades que los materiales de mercado no ofrecen, ayudan a crear espacios de juego, estimula la creatividad, la curiosidad y las ganas de aprender, ofrecen información del entorno en el que nos encontramos y hacen que se aprovechen los espacios exteriores de la escuela como lugares educativos. Además, los tenemos a nuestra disposición y son baratos.
Y, es que, no podemos olvidarnos de que “los niños tienen la necesidad de explorar el entorno para conocer y comprender la realidad que les rodea, disfrutando de un juego manipulativo, a la vez que van creando sus propias experiencias sobre las cualidades de cada elemento” (Sugrañes et al, 2012, p.74). Por ello, resulta muy enriquecedor abrir la escuela al contexto natural que nos rodea.
“La persistencia de un mismo material no puede estimular al niño a mantener su interés, ni tampoco satisfacer la viva e incansable curiosidad que tiene por el mundo que le rodea, del cual, cada vez es más consciente” (Goldschmied, 2000, p.49).
Por último, cumpliríamos con un de los objetivos recogido en el artículo 5 del currículo del primer ciclo de Educación Infantil: h) Fomentar el desarrollo de las capacidades sensoriales
y perceptivas para favorecer la curiosidad por el entorno inmediato y por los elementos que lo configuran, atribuyéndoles una significación.
Además, todos estos materiales naturales también nos permiten trabajar los contenidos de las distintas áreas del currículo, como, por ejemplo, la lógico-matemática o la expresión artística.
Referencias
BOC. (31 de octubre de 2007). Consejo de Gobierno. Obtenido de https://boc.cantabria.es/boces/verAnuncioAction.do?idAnuBlob=124522
Goldschmied, E. y Jackson, S. (2000). La educación infantil de 0 a 3 años. Madrid: Morata.
Sugrañes, E., Alós, M., Andrés, N., Casal, S., Castrillo, C., Medina, N. & Yuste, M. 2012. Observar para interpretar. Actividades de vida cotidiana para la educación infantil (2-6). Barcelona: Graó
Vila, B., & Cardo, C. (2005). Materiales de exploración. En B. V. Cardo, Material sensorial (0-3 años) Manipulación y experimentación (pp. 47- 49). Barcelona: Graó
Tamara Cagigas y Sara González, 2020.