La asamblea se crea con el fin de ofrecer un espacio de acogida para todos los niños y niñas dentro del aula. Es un espacio concreto que está destinado a la reunión del grupo-clase para tratar diferentes asuntos de interés de los niños y niñas u otros aspectos más imprevisibles que pueden ocurrir dentro de la escuela.
Se lleva a cabo diariamente, por lo tanto, se puede afirmar que las asambleas se incluyen dentro de las actividades de la vida cotidiana del niño. Con esta rutina de aula se busca construir relaciones de complicidad entre los menores y que el docente y los alumnos se conozcan mejor, estimulando así una participación más activa en la construcción de conocimientos.
Sin embargo, las asambleas que se llevan a cabo en las escuelas infantiles suelen desarrollarse a través de la realización de diferentes microactividades individuales.
Por lo tanto, se puede afirmar que, en la actualidad, las asambleas mantienen una apariencia de actividad grupal cuando en realidad, tienen un planteamiento totalmente individual. Las actividades que se realizan actualmente en las asambleas, por norma general, sólo las puede llevar a cabo un niño en concreto y se limita, entre otras cosas, a aprender a poner la fecha, a contar una experiencia personal o a observar el tiempo atmosférico, reduciendo así las posibilidades de una participación activa del resto de alumnado.
El resto de compañeros se limitan a escuchar y observar lo que el otro niño hace. Portillo (1997a; 1997b; 2000) fue una de las pioneras de nuestro país en defender la utilidad de las asambleas en la etapa infantil.
Según esta autora, las asambleas suponen una oportunidad única para que los niños desarrollen su competencia lingüística y su competencia social y cívica, pero también afirma que hay que prestar atención a la organización y a la utilidad que le demos a este tipo de rutinas, ya que también se pueden convertir en un arma de doble filo y que se lleven a cabo de una manera que no es la adecuada y que no aporta ningún valor educativo al niño.
Como hemos mencionado con anterioridad, la asamblea es una actividad que se realiza todos los días en las escuelas. Este hecho puede provocar que se convierta en una actividad monótona y repetitiva, lo que puede hacer que el niño o niña pierda el interés por ella y se reduzcan las posibilidades de que desarrolle ciertas habilidades comunicativas y sociales, y por consiguiente, pierda su utilidad educativa.
De manera que el docente debe propiciar un ambiente dentro de la asamblea que permita el desarrollo integral del niño o niña y, además, gestionar la comunicación del grupo creando oportunidades que les permitan a todos expresarse con libertad.
Referencias
Portillo, M.C. (1997a; 1997b; 2000). La asamblea de clase en EI: Un espacio para aprender a hablar y para construir(nos). En Sánchez Rodríguez, S. y González Aragón, C. (2016), La asamblea de clase en Educación Infantil: Un espacio para crecer como grupo (pp. 137-138). Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de CC. de la Educación. Campus Río San Juan. Universidad de Cádiz. Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Revista Iberoamericana de Educación. Recuperado el 15 de noviembre del 2020 en: https://rieoei.org/historico/documentos/rie71a06.pdf
Carlota Argos Bolado y Laura Jiménez Carrancedo, 2020.