La evaluación consiste en la recogida de información por parte del docente tanto durante el proceso de aprendizaje como de los resultados obtenidos. Está presente en toda la vida escolar. Ha de realizarse con un carácter inclusivo, continuo y de efecto constructivo, para favorecer la correcta toma de decisiones vinculado a mejorar. Además, no sólo debe servir para valorar al alumnado, sino también al propio profesorado, para modificar los errores y continuar con lo que funciona. Esto también se puede aplicar a las propias actividades y espacios empleados para la práctica educativa.
Todo esto corresponde a la evaluación formativa por la que nosotras apostamos, ya que se centra más en los ajustes que se dan a lo largo de todo el curso con la intención de favorecer el aprendizaje mejorándolo. Si bien, también se puede complementar con la evaluación sumativa, que valora los resultados finales del proceso. Todo esto se lleva a cabo mediante la realización de actividades, proyectos, rúbricas…
Referencias
Ginés, N., & Piqué Simón, B. (2007). Evaluación para la inclusión: siete propuestas en forma de tesis. Aula de Innovación Educativa, 2007, num. 163-164, p. 7-11.
Ángela López, Lucía Palacio, María Toyos y Ángela Ramos, 2020.