Se entiende como cultura al conjunto de conocimientos, costumbres, ideas que caracterizan a un colectivo. En una misma sociedad pueden convivir varias culturas, pero siempre hay una dominante, denominada “cultura popular” que es la más representada y provoca la marginación del resto. De esta forma se desarrolla un modelo monocultural, en el cual se silencian al resto de culturas y se representan desde la idea global que tiene la sociedad sobre ellos.
En el ámbito escolar no podemos ver representadas a las culturas minoritarias como los gitanos, los transexuales, los amish y la pobreza (su modo de vida, costumbres, labores o trabajos, su historia…) ya que no se mencionan las culturas silenciadas en los materiales curriculares porque no entran dentro de los ideales de los grupos de poder.
Una forma de cambiar esto es englobar la educación en las distintas culturas. Es importante, la evolución de cada cultura en contacto e intercambio con las demás. De esta forma, conseguiremos un enriquecimiento de las culturas silenciadas y a su vez, de las culturas populares. (Enguita, 2001). Además, la convivencia de diversas culturas puede ayudar y mejorar la aceptación de nuevas ideas, costumbres, hábitos, etc.
Referencias
Fernández Enguita, M. (2001). La ciudadanía en la era de la globalización. En M. Fernández Enguita, Educar en tiempos inciertos (pp. 44-60). Madrid: Morata.
Torres Santomé, J (2015). Diversidad cultural y contenidos escolares. Revista de Educación, 345. (pp. 83-110). Departamento de pedagogía, Universidad de A Coruña
Lidia López, Paula Sengáriz, Cecilia Toca y Cristina Urrutia, 2020.